Adquirir una casa se considera no sólo una forma de comenzar a integrar o acrecentar el patrimonio propio o familiar; sobre todo, es una manera de invertir segura, en un bien material que padece menos la depreciación que otros y aumenta las posibilidades de plusvalía en el futuro. En este sentido, la manera en que un bien inmueble puede servir como inversión es de carácter doble; por un lado, se adquiere una casa para vivir en ella o, también, para poseer una finca que se vaya a rentar —casa habitación, en este caso, porque hay también locales comerciales—, lo que permite un flujo de efectivo, mes con mes, para el propietario.
En el primer caso, se genera un gasto a corto plazo, porque se pagan mensualidades de un crédito hipotecario, pero al final de un tiempo se cuenta con una casa propia —que sigue siendo en esta época un sinónimo de seguridad— que, en el futuro, se puede vender para generar ganancias; en el segundo, se invierte en una propiedad que crea un flujo de recursos a través de la renta.
Riesgo e inversión
A diferencia de lo que ocurre en otros países, en México por muchos años una casa ha probado ser una inversión segura; a pesar de la crisis inmobiliaria reciente —que estalló en 2008, en Estados Unidos—, los precios de las propiedades en nuestro país no han sufrido caídas importantes y por eso se juzga que una casa significa cierta seguridad financiera.
Con todo, no hay que olvidar que comprar casa, como forma de inversión, es siempre es a largo plazo pues su valor no se ajusta de un día para otro, el riesgo es muy bajo, lo mismo que la posibilidad de que pierda su valor; ahora, entre las ventajas visibles es que se cuenta con créditos hipotecarios —que ofrecen tanto los bancos, como instituciones públicas, como el Infonavit— con tasas fijas, pagos preestablecidos y la probabilidad de deducir el interés real del Impuesto Sobre la Renta (ISR).
Lo anterior, puede brindar certidumbre al adquiriente más allá de lo atractivo que resulte un crédito determinado para sus posibilidades financieras, pero además se considera una forma “complementaria” de ahorro, pues implica acrecentar el patrimonio.
Recuerda que nunca está de más atender a las recomendaciones de la Comisión Nacional para la Protección y Defensa de los Usuarios de Servicios Financieros (Condusef) respecto del uso adecuado que debe hacerse de los instrumentos crediticios en esta materia, por ello se recomienda visitar el sitio web de la dependencia www.condusef.gob.mx
Fuente: informador.com.mx